lunes, 17 de junio de 2019

Sebastián Torrico Rodríguez.    


Biografía.

Nacido en Alcaracejo, Córdoba, 14.02.1919, fallecido en Madrid, 1989. En octubre de 1936, ingresa voluntario en las Fuerzas Aéreas de la República en la 3ª Región Militar donde prestará servicios como mecánico de automoción al servicio de aviación. Su familia se traslada desde su localidad natal cordobesa hasta el destino de Sebastián, siguiéndole durante toda la contienda hasta Vic (Gerona), desde donde cruzan la frontera francesa en 1939 en compañía de su hermano Juan Torrico, siendo internados en el campo de concentración de Saint Cyprien, donde permanecen doce meses. A principios de 1940 se les traslada a Toulouse para trabajar en una empresa de armamento y municiones, pero Sebastián decide regresar a España en 1941, siendo juzgado y condenado a permanecer un año en el Batallón de Trabajo nº 2 destinado en la sierra de Algeciras. Un año más tarde se licencia y regresa a Alcaracejo, pero en 1945 es detenido y juzgado de nuevo por el delito de "adhesión a la rebelión", por lo que es condenado a 20 años. Sebastián cumplió 7 años y 2 meses en las prisiones de Ocaña (Toledo) y El Dueso (Santander), saliendo en libertad en 1952 y asentándose en Madrid, donde permanecería 3 años más en libertad vigilada. Cuando sale de la cárcel, José Ramis Ortiz, chófer del Ministro del Aire general Eduardo González Gallarza, le ayuda y avala para reiniciar su vida en agradecimiento por el hecho de que su hermano Juan le había salvado la vida durante la guerra civil. Sebastián Torrico perteneció al Partido Comunista de España y fue miembro de la Asociación de Aviadores de la República y se le reconoció su condición de militar profesional.


    Sebastián Torrico Rodríguez, con el uniforme de Aviación, en 1936. Tenía 17 años.

El UNIFORME.


Como se aprecia en la fotografía el uniforme que lleva Torrico es el reglamentario en el Arma de Aviación republicano, el M-31, en color azul Vergara aunque los colores solían variar a partir de un año y del fabricante. Vemos en detalle el gorro así como el emblema.


Gorro de color azul, cordoncillo y borla en color blanco, el emblema metálico es un vehículo, que variaban dependiendo de la procedencia y los fabricantes. El mismo lleva dos modelos diferentes en su propio uniforme.



Arriba, distintivo metálico de un vehículo a motor, prendido con alfiler sobre el bolsillo superior, en este caso el izquierdo. Abajo, emblema muy habitual en aquellos años, hubo muchos conductores no solo militares sino también civiles que portaban sobre su uniforme o ropa de trabajo este tipo de emblemas. (Colección Carlos Bourdon).

Fuentes: elaboración propia, emblema colección del autor. Pagina web archivo de la democracia, sección colecciones digitales. Fotografía perteneciente al fondo de Sebastián Torrico Rodríguez, proveniente de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR).

lunes, 10 de junio de 2019

Emilio Jiménez-Millas Cano. Comandante de Ingenieros y Aerostero.


El próximo 15 de junio, se cumplen 102 años de la trágica muerte del capitán  Ingeniero militar Emilio Jiménez-Millas Cano (1879-1917) a consecuencia de un accidente aéreo cuando realizaba las pruebas para la obtención del título de piloto de aeroplano en el aeródromo de Cuatro Vientos.

Nacido en Madrid el 28 de julio de 1879,  el joven Emilio ingresa en 1896 con tan solo 16 años en la Academia de Ingenieros de Guadalajara de la que sale de segundo teniente cuatro años después. En 1902 obtiene el despacho de primer teniente y es destinado a la Compañía de Aerostación militar y este mismo año forma parte de la tripulación que junto al entonces comandante Pedro Vives y teniente Cibeira consiguen con todo éxito realizar la primera ascensión de un globo libre, este se realiza sobre el polígono de Guadalajara. Un hecho que marcará su trayectoria tanto civil como militar llegando a ser uno de los aerosteros más completos de su época pese a su relativamente corta vida aeronáutica. Su primer destino es el Regimiento de Zapadores pero por orden superior sigue afecto a la Compañía de Aerostación de Guadalajara como profesor.  El 25 de octubre de 1902 forma parte de la tripulación del globo “Marte” con el que atraviesa la sierra de Guadarrama logrando romper lo que parecía una barrera infranqueable para la época, aterrizando ocho horas después y casi 200 kilómetros en Chagarcía Medianero (Salamanca).

En 1903 pasa destinado a la Compañía de Zapadores de Las Palmas de Gran Canaria haciendo trabajos de fortificación de las islas con Baterías de costa y la actualización y levantamiento de mapas. Entre 1904 y 1907 ocupa la plaza de profesor de inglés en la Academia de Ingenieros de Guadalajara compaginando las clases con vuelos en globo libre. Estos vuelos y ejercicios en tierra  le proporcionan una gran experiencia que completa su formación como aerostero. Su ascenso a capitán se verifica en 1909 y en el mismo destino como profesor en la Academia. En 1911 parte en comisión de servicio a Inglaterra donde pasa seis meses afecto a un batallón del ejército inglés donde realiza ejercicios y estudia la utilización del globo en las maniobras llevadas a cabo.
                  
                           Segunda Promoción de pilotos de Aeroplano.


Foto de prensa de la revista El Mundo Militar de 31 de agosto de 1912  donde  posan para la cámara los componentes de la 2ª Promoción de pilotos militares junto al coronel Pedro Vives y el capitán Alfredo Kindelán. (Archivo Santiago Guillén).


En 1912 forma parte de la 2ª Promoción para la obtención del título de aeroplano en la Escuela de Cuatro Vientos. El 9 de abril, en el transcurso de un vuelo como alumno su avión entra en pérdida a una altura de veinte metros y se estrella resultando el aparato destruido y Jiménez-Millas con heridas de consideración en piernas y tobillo lo que hace que pase trece días hospitalizado y un mes convaleciente en casa. No es el único accidente que padece durante su permanencia como alumno en la escuela de vuelo pero sí el más grave.


Fotografía de la Revista Mundo Gráfico dedicada al capitán Jiménez-Millas Cano restableciéndose en su casa de las heridas causadas en las piernas por el  accidente de aviación ocurrido el 9 de abril de 1912. (Archivo Santiago Guillén).
 
Por consejo del coronel Vives abandona el curso de piloto de aeroplano y se centra  en la enseñanza y manejo tanto de globo como de dirigible. Estas clases las impartirá en el ámbito militar y en el civil al ser miembro del Real Aero Club de España y formar parte del plantel de profesores de Aerostación.

                                            El Dirigible España.

Participa en la competición de globos creada en 1913 por el Conde de San Esteban de Cañongo consiguiendo el primer puesto. Este mismo año forma parte de la tripulación del dirigible España como oficial de ruta, realizando un vuelo sobre Madrid llevando como pasajeros al Rey Alfonso, al príncipe de Battenberg y al general Marina. Además la tripulación está constituida por el coronel Vives, el capitán Kindelán y el mecánico Quesada. Días más tarde el Rey por carta enviada al coronel Vives le da las gracias por el magnífico vuelo, felicitando también a la tripulación por la profesionalidad en el manejo de la aeronave. En diciembre marcha con su unidad a Marruecos como piloto de esférico, realizando ascensiones en apoyo a la Artillería en la corrección de tiro, levantamiento y realizando croquis de mapas así como la obtención de fotografía aérea, actividad ésta en la que llegará a ser un gran especialista. Las ascensiones en globo las compagina con vuelos en aeroplano como observador y fotógrafo aéreo. Hasta 1916 participa en distintas campañas, en la mayoría de ellas como observador de aeroplano.
Por su actuación en la campaña de Marruecos es condecorado con varias Cruces al Mérito Militar distintivo rojo y blanco, así como con una Cruz de María Cristina.
En 1915 y 1916 vuelve a participar en la competición de globos creada por el Conde de San Esteban de Cañongo, consiguiendo en las dos ediciones el primer puesto por lo que la copa de honor queda definitivamente en su poder.

                    Sexta Promoción de piloto de aeroplano.

En 1917 forma parte de la 6ª Promoción de pilotos de aeroplano. El 15 de junio, un día antes de la prueba para la obtención del título, en vuelo de prácticas con el avión Farman nº 2 y a una altura de 1500 metros se le hacen señales desde tierra para que regrese al aeródromo. Estando a 1000 metros el avión se inclina casi verticalmente de forma brusca lo que hace que el piloto salga despedido del aparato y caiga al vacío desde una altura de 500 metros muriendo en el acto. El avión se estrella a pocos metros del cuerpo del infortunado aviador. 


Restos del avión Farman nº 2 que pilotaba el capitán Jiménez-Millas y del que salió despedido a una altura de 500 metros. El aparato cayó a pocos metros del cuerpo del infortunado aviador.

Al día siguiente se le da cristiana sepultura. El cortejo fúnebre sale del Hospital  Militar de Carabanchel donde el día anterior fue depositado el cadáver. Forman este cortejo una representación de la Casa Real, el Capitán General de Madrid, Gobernador Militar de Guadalajara, Jefes y oficiales de Aviación. Rindió honores al cadáver una Compañía de Aviación.  


Esquela del finado insertada en la presa por la familia de aviador. En el texto podemos leer; Piloto de Aerostación y dirigible y la fecha del accidente así como su edad. Vía internet.

          Monumento a los aviadores muertos en acto de servicio.

Emilio Jiménez-Millas Cano fue desde que se presentó el proyecto del monumento a los aviadores fallecidos en acto de servicio en la Aviación española, un ferviente defensor de su construcción. Este proyecto es promovido desde su inicio por el  periodista y socio del Real Aero Club de España, Ricardo Ruiz-Ferry. El grupo escultórico obra del capitán de Infantería Manuel Delgado Blackenbury es erigido en la pequeña plaza del Marqués de Cerralbo que forma la confluencia de las calles Ferraz y Pintor Rosales de Madrid. Inaugurado en 1918 por el Rey Alfonso XIII junto con autoridades civiles y militares. En el pedestal del monumento están esculpidos por orden cronológico los nombres de los primeros aviadores fallecidos en acto de servicio. Emilio Jiménez-Millas Cano ocupa el octavo lugar en la cenefa que rodea el pedestal a la cual se irán sumando algunos nombres más hasta el año 1922. 


Postal de época del monumento dedicado a los aviadores militares muertos en acto de servicio, ubicado en su primitivo sitio entre la calle Ferraz y Pintor Rosales.  Actualmente en este mismo lugar hay una estatua dedicada al abogado y político Agustín de Argüelles. (Archivo Santiago Guillén).



Fotografía del conjunto escultórico dedicado a los aviadores muertos en acto de servicio. Inaugurado en 1918 por el Rey Alfonso XIII. Emilio Jiménez-Millas fue desde el primer momento una vez lanzada la idea del proyecto un fiel defensor para su realización.  Ubicado entre las calles Ferraz y Pintor Rosales fue trasladado años después a los jardines del Paseo de Moret, en la actualidad puede visitarse en la Lonja del Cuartel General del Ejército del Aire en Moncloa.(Archivo Santiago Guillén).


Fotografía de la parte de la cenefa alrededor del pedestal con los nombres de los aviadores muertos en acto de servicio en la Aeronáutica Militar española desde 1912 y hasta 1922. En ella podemos ver el nombre, grado y fecha de la muerte de Emilio Jiménez-Millas. (Archivo Santiago Guillén).

                                       Trágica saga familiar.

            Con su muerte se inicia una trágica relación de miembros de la saga Jiménez-Millas fallecidos en acto de servicio en combate o accidente aéreo entre los años 1917 a 1972. El diario ABC de fecha 29 de mayo de 1975 inserta en la página 91 una esquela de gran formato con los nombres de siete miembros de la familia Jiménez-Millas en la que se detalla el Cuerpo o Arma al que pertenecían y el motivo de su fallecimiento. Cinco de los siete Jiménez-Millas eran pilotos militares y los dos restantes oficiales de Regulares. Por último, el capitán Emilio Jiménez-Millas de 37 años es ascendido a comandante a título póstumo con arreglo a la ley de 27 de noviembre de 1912.


Esquela insertada en el diario ABC, donde figuran siete miembros de la familia Jiménez-Millas muertos en acto de servicio entre 1917 y 1972. La mayoría de ellos eran pilotos militares. Archivo ABC.
                                              El uniforme.

Adjuntamos a esta pequeña biografía fotografías del uniforme de servicio usado por el capitán de Ingenieros Emilio Jiménez-Millas. Se trata de la guerrera caqui modelo 1914 para jefes y oficiales y de uso solamente para las guarniciones en África sustituyendo al uniforme de rayadillo. El 13 de noviembre de 1917, este modelo de uniforme se declara de uso en la Península en todas las épocas del año y en la Aeronáutica Militar dejando el uniforme de paño para actos de sociedad. El uniforme se completa con calzón de montar del mismo color y polainas de cuero color marrón (no incluidos en este artículo). La gorra de plato del mismo color y visera negra para jefes y oficiales del Cuerpo de Ingenieros militares lleva en la faja el emblema del castillo con corona real rodeando el conjunto dos ramas de hojas de laurel, todo ello en metal plateado, de este mismo color es el barboquejo y los botones tanto de la gorra como de la guerrera. Las estrellas de seis puntas de capitán están bordadas con hilo de plata, pudiéndose llevar también metálicas del mismo color. Sobre el lado derecho del pecho y encima del bolsillo a la altura del segundo botón podemos ver el emblema de la Aeronáutica Militar aprobado por Real Orden de 16 de abril de 1913 con los títulos de piloto de globo (un ancla) y el de piloto de dirigible (una rueda de timón). En esta época no estaban todavía reglamentados los emblemas de observador de globo y de aeroplano. Estos consistían en una estrella de cinco puntas en plata o en oro respectivamente y se crean por Real Orden el 17 de septiembre de 1920. Es muy probable que Emilio Jiménez-Millas estuviera en posesión de estos dos títulos aeronáuticos pero en estos primeros años para identificar a los observadores, el emblema se llevaba con el centro de las alas en rojo y sin distintivo alguno. Este emblema de fabricación  metálica con el centro en fieltro rojo, podía llevarse también bordado y cosido a la guerrera, le falta la cruz encima de la corona Real y es muy posible que Emilio Jiménez-Millas lo llevara puesto el día del fatal accidente. Encima de las alas podemos ver el distintivo de Profesor militar aprobado por Real decreto de 24 de marzo de 1915. 



Arriba, uniforme caqui modelo 1914 para jefes y oficiales de guarnición en África. En 1917  se aprueba su uso para todos los Cuerpos del Ejército en la Península. Debajo, vista lateral del uniforme donde ese aprecian las torres del arma de Ingenieros.  (Colección Santiago Guillén).


Gorra caqui para jefes y oficiales con plato rígido. Tiempo más tarde el aro interior se retiró quedando el plato flácido. Podemos observar en la parte superior o plato, la corona real española en color plateado con terciopelo rojo. En la parte central o banda el emblema del arma de Ingenieros. Barboquejo plateado y dos botones semiesféricos plateados con torre de Ingenieros. Visera de charol negra (Colección Santiago Guillén).


Emblema de piloto de Globo (un ancla) y piloto de Dirigible (una rueda de timón). Fabricado en metal estampado con el fondo del círculo en fieltro rojo. Es muy posible que Jiménez-Millas lo llevara el día de su fallecimiento, le falta la cruz que remata la corona. (Colección Santiago Guillén).


            Detalle del título de piloto de globo y de dirigible. (Colección Santiago Guillén).


Detalle del cuello rígido y alto que este modelo de uniforme llevaba, se aprecias los corchetes que lo cierran así como en su centro la torre del arma de Ingenieros en color plateado. (Colección Santiago Guillén).


En la parte superior, por encima del título de piloto podemos apreciar el distintivo de profesorado creado por Real Decreto de 24 de marzo de 1924. Los botones metálicos con el emblema del Cuerpo de ingenieros podían sustituirse por otros fabricados en pasta o cuero marrón. Existía una variante de la misma guerrera en la que los botones que la cierran, quedaban ocultos gracias a una solapa. Según la ordenanza, las alas de piloto se llevarían a la altura del primer botón de la guerrera, en este caso ocupa ese lugar el distintivo de Profesorado. (Colección Santiago Guillén).

Agradezco a Carlos Bourdon el uso de su blog para mostrar este uniforme.

Fuentes: Artículo realizado por Santiago Guillén González. Uniforme y emblemas originales de la colección del autor.

Bibliografía:             
Aerostación, Aeronáutica y Aviación. José María Bueno, 1983.
Cuatro Vientos, cuna de la Aviación Militar Española. Adolfo Roldán Villén. 2011.
Enciclopedia de Aviación y Astronáutica. Volumen 5. 1972.
Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. 1911.
Historia de la Aeronáutica Española. José Gomá Orduña. 1946.
Revista Mundo Gráfico. 1912-1917
Biografía del general de Ingenieros Pedro Vives Vich. Antonio Carner. 1955.
Revista Aeroplano, nº 14. 1996.
Revista El Mundo Militar. 31 agosto de 1912.
Uniformidad de la Aeronáutica Española. Jaime Aguilar Hornos, 1993
INTERNET.
Aviación Militar Española- Los años iniciales. Emilio Jiménez-Millas Cano.  Guillermo C. Requena. 2015.
Emilio Jiménez-Millas Cano. Real Academia de la Historia. José Ramón Marteles.
Hemeroteca del diario ABC   

miércoles, 5 de junio de 2019

EXPERIMENTO STUKA.


Dos investigadores desmontan el mito del ‘Gernika’ de Castellón. Blas Vicente y Carlos Mallench explican en El Ateneo el desarrollo de la Batalla de Levante y rechazan la tesis del experimento secreto organizado por Hitler.
La comarca de El Maestrazgo (Castellón) no fue objeto de una serie de bombardeos secretos organizados por Hitler a espaldas de Franco, ni la participación de la Legión Cóndor llevó al Führer a ordenar la producción en masa de bombardeos de precisión JU 87 (los míticos ‘stukas’ de ataque en picado), ni la participación de la aviación nazi en esa operación afectó en lo más mínimo el rumbo de la II Guerra Mundial. Así lo explicaron ayer en una conferencia impartida en el Ateneo los investigadores Blas Vicente y Carlos Mallench, autores de libros como ¡Objetivo Levante!, Italianos en la Batalla de Levante o ¡Liberad Teruel!. La charla, moderada por el historiador militar Carlos A. Precioso, llevaba por título Stukas sobre Castellón.
Situada temporalmente entre el frente de Aragón y la batalla del Ebro, la Batalla del Levante es uno de los episodios menos conocidos de la Guerra Civil, pese a constituir una de las grandes victorias del bando republicano, que luchó en clara inferioridad de condiciones pero consiguió frenar el avance de las tropas nacionales hacia Valencia —donde se había refugiado el gobierno de la República—. Los combates se desarrollaron entre el 18 de abril y el 25 de julio de 1938 y, por parte de los sublevados participaron la Legión Cóndor, la Aviazione Legionaria y el Brigada Hispana, mientras que los republicanos apenas contaron con apoyo aéreo. La mayor parte de los combates tuvo lugar en la comarca del Maestrazgo de Castellón. Según explicó Blas Vicente, “los bombardeos con Stukas en Castellón, como se puede leer en los partes de la Legión Cóndor, no son hechos aislados y no tienen carácter secreto: forman parte la ofensiva dictada por el General Dávila, jefe del Ejército franquista del Norte, para avanzar sobre la capital de La Plana y sobre Valencia”. El historiador insistió en que “es absurdo pretender que los pueblos bombardeados —como Albocácer, Ares, Benassal o Vilar de Canes por citar tres— estaban aislados, desprotegidos, y ajenos a la guerra. En la zona estaba desplegada la Agrupación Toral, la elite del ejército republicano, con más de 15.000 soldados”.
El historiador añadió que “es insostenible eso de que Hitler ordenó bombardear cuatro pueblos a ver qué pasaba, orden de la que —por cierto— no hay la menor prueba documental. Un bombardeo requiere una preparación muy compleja, de varios meses, y no se improvisa”. Recordó, además, que en la operación también tomaron parte bombarderos pesados como los He 111, los Dorniers DO 17 o los cazas Bf 109.
Ju 87, un avión no tan secreto
Por su parte, Carlos Mallench destacó la figura del militar republicano Leopoldo Menéndez, quien dio la orden de enviar soldados al Maestrazgo, para detener el primer envite de las fuerzas franquistas y poner en pie la línea defensiva X-Y-Z, un esfuerzo en el que participaron 60.000 civiles. Cuando llegaron los sublevados, que había perdido 25.000 hombres en el avance, consiguió frenarlos", añade. “Fue nuestro 'No pasarán', como en Madrid", apunta. Mallench también desmintió que los Ju 87 fueran aviones secretos ya que “habían sido incluso portada de la revista alemana Flug Sport de marzo de 1938 (casi tres meses antes de los ataques), que destacó entre sus características que podían lanzar bombas de 250-500 kilos. Eso desmiente que fueran prototipos o que no estuvieran preparados para lanzar bombas de media tonelada por falta de motorización”.
 Un documental que manipula pruebas
El mito de que el Maestrazgo fue objeto de una experimento ordenado por Hitler para probar la eficacia de los ataques con aviones Ju 87 (stukas) utilizando bombas de 500 kilos sobre cuatro pueblos aislados e indefensos es la tesis del documental Experimento Stuka, estrenado en mayo de 2018 y que consiguió el premio al mejor documental en la primera edición de los premios del Audiovisual Valenciano otorgados el pasado mes de noviembre. La cinta estaba dirigida por Rafael Moles y Pepe Andreu, y estaba producida por SUICAFilms y RTVE. En la conferencia también participó el redactor jefe de la revista Plaza, Javier Cavanilles, quien explicó que “el problema del documental no es que sea malo, o que la tesis sea discutible, es que directamente es mentira y Moles y Andreu los sabían. Si analizamos las fuentes que han utilizado, vemos que las han manipulado  y que no dicen lo que ellos pretenden; otras, directamente, las han ocultado”.
El periodista recordó que “entre subvenciones y acuerdos con RTVE  y Á Punt se han llevado unos 217.000 euros de dinero público para un documental que dudo que haya costado más de 50.000. Pero lo peor ha sido el silencio cómplice de las autoridades y los grupos de memoria histórica que saben que Experimento Stuka es una manipulación histórica grosera, pero callan porque es una mentira ‘de izquierdas’”.




Imágenes de la conferencia y de público asistente.



Vídeo de la conferencia realizada.

Fuentes: artículo realizado por Javier Cavanilles.