Hace
unos días estuve con mi amigo y coleccionista de aviación Santiago Guillén recreándome
y disfrutando de su colección. Entre los cientos de piezas había una que me llamó
poderosamente la atención. Una talla de madera que estaba colgada en una de las
paredes. Fue fotografiada, aunque por desgracia lo fue con el móvil, y tras la explicación
de su dueño, decidí hacer un artículo para el blog y mostrarla.
La
pieza en cuestión es una circunferencia de 40 centímetros labrada en una pieza
entera de madera, labor de un artesano de la madera. La historia es la
siguiente.
Arriba,
anverso de la pieza, en ella podemos ver claramente a tres aves descendiendo en
picado, ver la posición de las alas con respecto al cuerpo del ave, y un lema,
que actualmente se sigue usando: “ Vista, suerte y al toro”. Abajo, reverso
de la pieza. (Colección Santiago Guillén Gonzalez).
“Esta
pieza de madera tallada fue encargada
por Ángel Urrutia para sustituir al emblema que hacía poco tiempo había sido
enviado al Museo del Aire, y de paso, seguir teniendo en el bar un pedazo de
historia que el propio Urrutia había vivido durante la guerra. La talla tiene las mismas medidas que el
emblema original pintado en la cola de los “Chirris” de los grupos de caza
2-G-3 y 3-G-3. Con el paso del tiempo el bar que regentaba Urrutia cerró, y pasó
a ser propiedad de una entidad bancaria. Pero la pieza tallada seguía estando allí,
en el bar, olvidada, hasta que un día de 1974 Juan Rey Astorquiza, amigo de canario
Azaola se la entregó sabiendo que estaría en buenas manos. Estuvo en la colección de Canario más de
treinta años hasta que hace pocos años canario se la pasó a Santiago Guillén, su
actual propietario que la exhibe con orgullo en su museo particular”.
Descripción.
Famosa
fotografía del as de la aviación nacional junto a la cola de su 3-51 en el que
se puede ver el emblema de la unidad, la talla de madera tiene la misma medida
que dicho emblema, 40 centímetros. (Archivo Carlos Bourdon).
Y
esta es la historia de una magnifica pieza.
Fuentes:
elaboración propia, pieza de madera colección Santiago Guillén, fotografía archivo
Carlos Bourdon.