Distintas cartillas sanitarias de varias unidades del
Ejército del Aire, 1er Escuadrón de Paracaidistas, A.G.A. y 4ª Legión de Tropas de Aviación. (Archivo
Carlos Bourdon).
Estas cartillas sanitarias se entregaban a todos los
soldados para advertirles de los peligros que implicaba el acostarse con las
prostitutas. El gran enemigo de los soldados de entonces, las enfermedades
veneras o también llamado “mal de mujeres”. Las enfermedades venéreas eran las
que mayor número de bajas producían en las filas militares, superiores a las
enfermedades normales, tanto en la guerra como en la paz. Por eso eran
repartidas estas cartillas que todo soldado no solo debía de leer, sino también
portar en su bolsillo y consultar antes de salir de paseo. Junto a las charlas
que daban los “pater”, o los practicantes en los cuarteles para advertir de los
problemas que acarreaban coger estas enfermedades.
Vamos a ver una
cartilla sanitaria, con 20 páginas que mide 13 x 9 centímetros, entregada a un
soldado destinado en la Academia General del Aire.
Portada
y contraportada de la cartilla sanitaria de un soldado destinado en la AGA.
Cartilla dedicada a la lucha antivenérea.
Primeras
recomendaciones, “esfuérzate por hacerte digno del título sin par de caballero
español”.
Se informaba de los
problemas de estas enfermedades.
Los
miedos que te metían en el cuerpo si enfermabas, “contagiaras a tus padres,
hermanos, con un beso o por usar un mismo vaso, te quedaras imbécil y tus hijos
nacerán ciegos…”
Los
consejos médicos eran claros, “sé rápido, que el contacto sea lo más breve
posible…”
Siguen
los consejos médicos, “si estás casado enseña a tu mujer, si no las conoce, las
practicas de higiene corporal…” En la hoja siguiente una tabla de datos
clínicos.
Tabla
de tratamientos con las fechas y medicamentos recetados o proporcionados en el
cuartel o base aérea.
Con estos consejos ya podías salir a dar una vuelta en tu
tiempo de paseo con tus compañeros y poder tener citas en ciertas casas de
alegre compañía femenina. Dejo a cada uno su opinión al respecto tras leer el
artículo.
Fuentes:
elaboración propia, cartilla archivo Carlos Bourdon.
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