Alfiler de señora, aviación en el Sahara Español.

Desde hace un tiempo se pueden ver en un par de portales de venta por internet un emblema al cual se le ha denominado por ciertos vendedores de estos portales de venta, como “emblema del Ejército del Aire en la provincia del Sahara”. También recibí un correo electrónico de un buen amigo mío pidiéndome información sobre este curioso, llamémosle emblema”, solicitándome que le aclarara si el referido emblema era oficial o no en el Ejército del Aire, ya que a su vez, lo quería comprar un coleccionista y dudaba de si este emblema era oficial o no. He pedido unas fotos a un amigo mío para ambientar esta aclaración, y demostrar que dicho emblema no es otra cosa que un simple alfiler de señora. 

Este es el alfiler en cuestión. Se compone de un dromedario de color blanco, debajo de este el título de piloto a su color, y la media luna dorada con el nombre de la provincia africana en color negro. Por detrás con un alfiler para coger a la ropa. El alfiler, de bella fabricación, está realizado en una sola pieza, con relieves, y esmaltado, lo que sin duda nos muestra un bello trabajo de joyería.

Mis consultas realizadas desde hace un tiempo a personal militar y a veteranos, me hicieron llegar a la conclusión de que dicho alfiler fue un regalo de un militar de aviación que decidió hacer a su señora. Dicho militar debió de realizar un encargo en alguna joyería de las Canarias, en algunos de los viajes entre la provincia africana, su destino, y su residencia en la península o en las propias Canarias. El encargo gustó entre las señoras del personal militar y se realizaron varias copias de regalo. De ahí a la Península solo hay un paso, o quizás mejor decir un vuelo en avión.

Esta deducción que hago, como digo, la baso en las preguntas realizadas y las repuestas recibidas. El alfiler no es oficial, ni emblema de permanencia en el Sahara ni nada por el estilo, es como digo, simplemente, un regalo.

Y como lo mejor es una fotografía muestro estas para que se vean.

Dos señoras de oficiales del Ejército del Aire, aunque las fotos no son de buena calidad, ya que están hechas con móvil, aun así se puede ver como la señora de la derecha lo lleva en la parte superior de la solapa de su abrigo.

General del E.T. en una ceremonia en la provincia del Sahara, lleva el alfiler por encima de su bolsillo superior derecho, como regalo que le han realizado.

        Militar aunque en esta ocasión vestido de civil, portando en su solapa el alfiler. 

He querido dejar para el final esta fotografía de un General del Ejército de Tierra con el uniforme de verano. Se puede observar el alfiler justo al lado del diploma de guerra naval. No es oficial y ni tan siquiera un emblema militar para llevarlo en el uniforme, pero quien le dice no a un General.

Por último, dos fotografías de dos alfileres que se vende actualmente en un portal de venta por internet, los dos de distinta fabricación.

El primero como se observa es de fabricación más moderna, de chapa pintada, y lisa, sin relieve. Con el pomposo nombre de “rarísima, autentica, original insignia de alfiler militar del Sahara español”.

La segunda más elaborada, en esmalte y relieves como el alfiler original, con el nombre de “Sahara-aviacion. Broche alas de aviación con emblema permanencia en el Sahara”.

Evidentemente ni es de permanencia en el Sahara, ni es insignia de alfiler militar, como ambos vendedores irresponsablemente ofrecen, y no precisamente a un precio asequible. La rapidez de hacer dinero y sobre todo el no mostrar el más mínimo interés por saber lo que venden hacen que muchos de los vendedores de este portal digan lo primero que se les venga a la cabeza, combinado nombres para hacer más atractiva la venta. NO ES EMBLEMA MILITAR NI NADA POR EL ESTILO.

En definitiva, un bonito alfiler que si duda ha sido trabajado de una forma muy elegante, de bella estampa que sin duda podría perfectamente haber sido un distintivo de permanencia del personal del aire en el Sahara, pero como todo el mundo sabe, ya había un emblema de permanencia en el Sahara.

Fuentes: elaboración propia, fotografías archivo Santiago Guillén.