Por Ángel Flores Alonso.
Desde que la Aviación fue un hecho y se tomó
conciencia de ese gran paso que había de revolucionar la historia de la
humanidad, en España no se ha dejado de reivindicar la figura de nuestro
precursor Diego Marín Aguilera, un burgalés de Coruña del Conde que vivió entre
los años 1757 y 1799 y logró desarrollar un ingenio volante con el que planeó
varios centenares de metros partiendo desde el cerro donde se asienta el
castillo de su pueblo; ocurrió aquella efemérides en mayo de 1793.
El Ejército del Aire le ha rendido en varias
ocasiones merecido homenaje, si bien lo ha hecho a instancias de una entidad
civil, la antigua Hermandad y luego Centro Cultural “Ntra. Sra. de Loreto”,
constituida en 1970 en Aranda de Duero y formada por antiguos miembros del EA
motivados por la Patrona de la Aviación española. Fueron los directivos de
dicha entidad quienes proyectaron erigir un monumento a Diego Marín en su
pueblo natal, haciéndolo realidad en 1973 junto con el Ministerio del Aire y el
Ayuntamiento de Coruña del Conde.
El recuerdo de aquel primitivo aviador se guardaba
entre sus propios paisanos. Familiares y vecinos suyos dieron la pista de su
hazaña a un cronista burgalés, Juan Albarellos, que en 1918 visitó Coruña del
Conde y recogió unos datos de los que dio testimonio en el libro “Efemérides
burgalesas”, publicado un año más tarde. Tiempo después, en 1932, otro
reportero -esta vez de la revista “Estampa”- repitió visita a la localidad y
tuvo otro encuentro con descendientes de Diego Marín, reeditando una crónica
sobre éste y sus precursores vuelos en la que variaba algunos de los datos
conocidos.
En marzo de 1992, tuve ocasión de contactar con la
alcaldía de Coruña del Conde e interesarme por constatar datos y huellas de
aquella figura pionera, yendo en representación del Museo del Aire a cuya
plantilla pertenecía. Me atendió con mucha amabilidad su alcalde Elías García y
pude conocer a una descendiente del propio Diego Marín, Dña. Teodora, una mujer
ya anciana que conservaba varios recortes de prensa relativos a lo
anteriormente difundido sobre este precursor y poco más contaba al respecto,
dada su avanzada edad. Recorrí los lugares emblemáticos vinculados a esta
historia y sus hechos, y obtuve suficiente inspiración para contribuir a su
mayor difusión dedicándole un capítulo del libro “Nuestros Pioneros”, un
volumen tipo cómic editado por el Museo en 1998 dentro de su colección
“Imágenes de la Aeronáutica Española”.
En mayo de 1993, al cumplirse el segundo centenario
de sus vuelos, se rindió nuevo homenaje a su figura histórica instalando un
avión T-33 junto al castillo, en la zona donde se supone que se lanzaba al aire
Diego Marín, admirando a cuantos visitaban Coruña del Conde la presencia de
aquel avión a reacción colindante a las ruinas del edificio medieval; por
desgracia en 2012 se desmontó el avión y se retrocedió su depósito por
problemas de mantenimiento.
El primer monumento erigido en 1973 también tuvo
cambios posteriores al añadírsele en dos ocasiones sucesivas esculturas de
Diego Marín a bordo de su ingenio volador, interpretado artísticamente, y hoy
sigue recordando en su adecuado emplazamiento la figura de este pionero español
de la Aviación mundial.
ILUSTRACIONES.
Cuadro de J.
Benítez, representativo de esta efemérides. (Museo del Aire).
Página titular del libro de J. Albarellos.
(Internet).
Artículo de la
revista “Estampa”, hablando sobre Diego Marín, el primer hombre que voló sobre
España.
Vista aérea de
Coruña del Conde, a fines del s. XX.
Procesión de
la Hermandad Ntra. Sra. de Loreto, año 1972.
Emblema la
Hermandad de Nuestra Señora de Loreto.
Monumento a
Diego Marín en Coruña del Conde, marzo de 1992. Placa dedicada en el monumento
(Fotografías Ángel Flores).
Doña Teodora,
descendiente de Diego Marín, marzo de 1992 (fotografía Ángel Flores).
Iglesia
parroquial de Coruña del Conde. (Fotografía Ángel Flores).
Interior de la
iglesia; bajo el púlpito se enterró a Diego Marín en 1799. (Fotografía Ángel
Flores).
Cerro y ruinas
del castillo (Fotografía Ángel Flores).
Zona desde la
que se dice se lanzaba a volar Diego Marín (Fotografía Ángel Flores).
Página del
cómic dedicado a Diego Marín. (Fotografía Ángel Flores).
Cerro del
castillo con presencia del avión T-33.
Izquierda.
Aspecto del monumento en abril de 2008, con una primera escultura añadida.
Derecha. Aspecto del monumento en octubre de 2019, con un segundo modelo de
escultura.
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