Cuando Javier me habló hace ya tres años de este proyecto
que le bullía en la cabeza, me pareció que sin duda era una magnífica idea. El
que oficialmente no solo el Ejército del Aire, sino también las diversas autoridades
implicadas, Ayuntamiento y universidad, colaboraran en un proyecto de
reconocimiento a la que fuera primera unidad de paracaidistas del aire, nuestra
querida “Bandera”, y que la ciudad de Alcalá de Henares fuera esa localidad que
diera cobijo a dicha unidad, era sin duda un acto que no se podía dejar pasar o,
al menos, intentar llevar a cabo. Por ello cuando Javier me lo fue contando, me
puse a su disposición y le brindé todo aquello que necesitara, y lo primero de
todo fue el emblema que la Bandera portara en su uniforme. Poco a poco fue
Javier atando los cabos, reuniones, entrevistas, correo electrónicos (un buen
montón de ellos) y finalmente, una mañana fría, pero no helada, (el tiempo ya
no es lo que era antes), el Ejército del Aire, los veteranos paracaidistas de
ASVESPAREA, la universidad, el Ayuntamiento y el público en general se
reunieron a descubrir la placa que hoy recuerda aquella unidad, a sus hombres y
el tremendo trabajo y sacrificio que se realizó para que hoy, el EZAPAC, sea
digno heredero de aquellos hombres.
Le pedí a Javier que me redactara un pequeño texto con
todo aquello, para colgar en mi blog, y esto es lo que desde ese día ya forma
parte de la historia del paracaidismo militar español.
CONMEMORACIÓN
DEL PRIMER SALTO PARACAIDISTA DE UNA UNIDAD MILITAR, EN ALCALÁ DE HENARES.
En el año de 1946 vio la luz la Primera Bandera de Paracaidistas del Ejército del Aire. Se trataba de la primera unidad militar paracaidista creada en España, la culminación de varios intentos anteriores frustrados. Esta unidad pionera se estableció en Alcalá de Henares, aprovechando la amplia tradición aeronáutica de la ciudad (disponía de aeródromo desde 1913), su buena comunicación y la existencia de edificios disponibles. Desde 1946 hasta 1965, fecha de su disolución, Alcalá sería su base y hogar. Su creación oficial tuvo lugar en el mes de mayo; en septiembre llegarían los primeros soldados a Alcalá. El 23 de enero de 1948 hicieron su primer salto, en la Escuela de Alcantarilla (Murcia), como parte del curso de instrucción. El 10 de abril de ese año completaron su formación, recibiendo el título de “Cazador Paracaidista”. El segundo curso comenzaría el 20 de abril de 1948, terminando el 31 de julio. De estos hechos surgen dos efemérides: en primer lugar, la fecha que hasta hoy se sigue conmemorando como fundacional, la del 23 de enero. Pero también una segunda fecha de no menor importancia: el primer salto efectuado como unidad ya operativa, una vez terminado el curso, como paracaidistas de pleno derecho (no alumnos), lo que tuvo lugar el 2 de febrero de 1949, en el aeródromo militar “Barberán y Collar”, de Alcalá de Henares; salto del que se cumplen en 2019 los 70 años.
Para
conmemorar ese día se organizó el pasado 28 de enero de 2019, en colaboración
estrecha con la anfitriona Universidad de Alcalá (UAH), así como con
autoridades del Ejército del Aire, asociaciones de veteranos paracaidistas y
con el respaldo y apoyo del Ayuntamiento de Alcalá, un acto solemne consistente
en la colocación de una placa metálica que recordase la hazaña. Se situó en la
pared de la conocida como “torre de secado”, donde antaño se colgaban los
paracaídas para ser desionizados. Porque aquel primer cuartel paracaidista
sigue existiendo a día de hoy convertido, con algunas modificaciones, en
Facultad de Ciencias de la UAH. Por eso revestía especial interés que fuera ahí
y en ningún otro sitio donde se colocase la placa. Desde ese cuartel salieron
para su primer salto, embarcando a escasos metros en las pistas del aeródromo,
y a ese cuartel regresaron a continuación. El acto del 28 de enero comenzó con
un espectacular salto paracaidista, realizado por efectivos del actual
Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (Ezapac) del Ejército del Aire, herederos
directos de la Primera Bandera. El día, pese a amanecer nublado, se prestó a
ello, con un clima y viento suficientemente moderados. Tras el salto, se
procedió al descubrimiento solemne de la placa, cuyo texto reza así:
“1946-2019
En este edificio se fundó y tuvo su base la 1ª
Bandera de Paracaidistas de Aviación, posteriormente 1er Escuadrón
de Paracaidistas (1946-1965).
En estos terrenos tuvo lugar su primer salto como
unidad operativa
el 2 de febrero de 1949.
Al cumplirse 70 años de aquella gesta, rendimos
homenaje y
Mantenemos vivo su recuerdo.
Alcalá de Henares, 2 de febrero de 2019”
Se
contó con la presencia del Magnífico Rector de la Universidad de Alcalá, presente
durante el salto, aunque tuvo que marchar pronto para atender otros compromisos
(ese día era festividad universitaria, Santo Tomás de Aquino). Como maestro de
ceremonias y director actuó el Vicerrector de Relaciones Institucionales,
Carmelo García. Comenzó interviniendo el decano de la Facultad de Ciencias,
Michel Heykoop, quien dirigió unas palabras al público asistente. Por parte de
los veteranos intervendría Antonio Teruel, anterior sargento paracaidista y
presidente de Asveparea, seguido por el general de división José Luis Figuero, paracaidista
en activo de mayor graduación, y por el Excelentísimo Sr. alcalde de Alcalá,
Javier Rodríguez Palacios. Concluyó nuevamente el vicerrector, Carmelo García. También
se contó con la presencia del teniente coronel al mando del Ezapac, Juan
Fernández Casas y con José Luis Garmendia, veterano paracaidista que, con sus más
de 92 años, aún recuerda su paso por el cuartel de Alcalá de Henares. Tras las alocuciones, se disfrutó de la actuación
de la unidad militar de música del MAGEN, que interpretó el himno de los
paracaidistas, seguido del himno de Aviación, ambos cantados por buena parte de
los presentes. Anteriormente, la unidad ya había acompañado el salto
paracaidista, interpretando diferentes piezas musicales. Fue un lujo contar con
su presencia y virtuosismo, que dotó de mayor solemnidad y vistosidad al acto. También
estuvieron presentes veteranos y miembros en activo de los paracaidistas del
Ejército de Tierra, otras autoridades de ambos ejércitos, así como
representantes políticos locales, dignidades universitarias, miembros de
asociaciones complutenses, prensa y medios de comunicación. Alcalá de Henares
tiene una deuda de gratitud con los paracaidistas del Ejército del Aire. En la
ciudad complutense nació la primera unidad que se creó en España. Aquí radicó
hasta su disolución en 1965; el aeródromo que le dio soporte cerraría
finalmente, en 1968, poco tiempo después. Aún queda parte de las instalaciones
del cuartel y del aeródromo. Otros elementos accesorios se pueden ver hoy día
en el Museo del Aire de Cuatro Vientos, o en Alcantarilla, donde tiene su base
el Ezapac. Pero el recuerdo de los paracaidistas del Aire en Alcalá se había
quedado algo difuminado con el paso del tiempo. Con la colocación de esta
placa, con este acto solemne, se quiere rendir un homenaje a aquellos pioneros
y a sus sucesores, así como dejar un recuerdo para la posteridad de su paso por
la ciudad de Cervantes. La Historia se hace con los hechos y los recuerdos. Honramos
a quienes nos precedieron y nos dieron la oportunidad de seguir el camino que,
con su ejemplo de abnegación y servicio, nos abrieron.
Dos
fotografías solo acompañan este trabajo homenaje, una la placa colocada en el antiguo
edificio de secado de paracaídas.
Placa colocada en dicho edificio.
La
otra del momento en que dicha placa es descubierta por las diversas autoridades
civiles y militares, entre ellos mi querido amigo José Luis Garmendia.
Momento
del descubrimiento de la placa (fotografía Grupo en Defensa del Patrimonio
Complutense).
Fuentes:
elaboración propia, agradezco a Javier Rubio su apoyo y colaboración con este
artículo.
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