Este año se cumple el
segundo aniversario del fallecimiento del General de División don Mariano Gómez
Muñoz. Don Mariano los últimos años de su vida arrastraba una serie de lesiones
en su cuerpo que durante su vida militar sufrió en sus carnes. Esas lesiones le
pasaron factura y una triste noche su cuerpo dijo ¡¡basta¡¡.
Hablar de don Mariano no es fácil, si se elige
la forma más sencilla si, desde luego, ¡qué grande era¡, ¡fue todo un ejemplo¡,
¡una persona encantadora¡… te lo dirá cualquiera si le preguntas, pero eso no
es lo que a mí me gusta, no. Lo que escribo son simplemente sentimientos,
sensaciones que a su lado pude tener, son, al fin y al cabo, recuerdos escritos
con el corazón.
Para escribir estas
pocas líneas me he tenido que volver a releer todos los apuntes que de mi puño y
letra tomaba cuando quedaba por las tardes con don Mariano. Mientras él me
hablaba, yo tomaba unas pocas notas, me gustaba esa forma, más cercana a la
persona que la fría de colocar la grabadora encima de la mesa y que el
entrevistado hablara. La expresión de su rostro, sus ojos, la forma de mover
sus manos, dice mucho de la persona. No soy sociólogo ni experto en tratar a
las personas, pero cuando hablaba con esta figura legendaria del paracaidismo
sus expresiones, su mirada, a veces fría, muchas cálida, sobre todo cuando
recordaba algo que le había llegado al corazón, son signos que te indica que lo
que te trasmite te llega, y te llega de una forma que no necesitas ahondar más
en ello.
Hablar de la persona es
muy difícil, a mi no se me da bien, me gustan más los fríos datos de una
investigación que el tratar de describir como fue una persona. Pero al lado de
don Mariano me sentía como si fuera mi propio abuelo, aunque parezca una mala
comparación. Y precisamente decir eso de una persona acostumbrada al ordeno y
mando y que la persona que se le dirige sea en la primera posición de saludo,
dice mucho de lo que llegue a sentir al estar en su lado. Seria porque alguien
de su máxima confianza me llevo de su mano, su fiel y querido enlace, y eso
hizo que las barreras que nos separaban se rompieran y nada entre los dos nos
impidiera hablar, o mejor dicho, uno hablar y otro escuchar y aprender. Quizás
también el que alguien que no conociera y demasiado joven para su gusto como el
decía, que venía a preguntar por sus “chicos” y su historia hiciera que poco a
poco se fuera abriendo. También que mi apellido de origen francés le trajera
recuerdos, gratos recuerdos de su niñez, como le trajo, ya que don Mariano
hablaba francés, y en alguna ocasión se dirigió a mí en la lengua de Moliére.
Quizás ser el único que de momento había publicado un libro sobre los paracaidistas del aire, o quizás simplemente,
que ya era hora de que alguien contara la historia de su unidad, su querida
unidad a la que tantos años dedicó en cuerpo y alma. No lo sé, quizás
cualquiera de esos quizás, y quizás el ultimo fuera el más sencillo de todos.
El caso es que gracias a sus charlas y sus consejos salió a la luz la historia
de su unidad, su querida Bandera, que en el fondo era lo que él deseaba.
Pero al hablar de don
Mariano es hablar del paracaidismo en España, no solo porque fuera el jefe de
esos paracaidistas, a los que llevó a lo más alto, sino que además fue el
impulsor de la creación de la sección de paracaidismo dentro de la Federación
Aeronáutica Internacional en España, siendo el carnet número 1 expedido
precisamente a su nombre. Hablar de don Mariano es hablar de lo primero que
hubo en España. Una primera unidad paracaidista, una verdadera unidad de
combate paracaidista, unos primeros record con paracaídas, muchos primeros, ya
que su unidad fue la primera en muchas cosas, cosas, que sin duda no habrían
salido adelante sin el tesón de su líder. Sin ese alguien que tira del carro y
que hace que el resto de la gente que le rodean vean esa ilusión, ese tesón
para llevar a cabo esa meta. Un espíritu de sacrificio que intento inculcar a
sus hombres y que consiguió, que con poco consiguieron mucho.
No voy a describir la
vida de don Mariano en el sentido de cuando nació, cuando se alisto en el
Ejercito del Aire, cuando ascendió y que hizo en su carrera militar, esos datos
ya están en la página de la Asociación de Veteranos Paracaidistas, quien quiera
conocerlos puede entrar en ella y leerlos. Quién sabe, quizás en un futuro no
muy lejano me armara de valor y escribiera su biografía, hoy desde luego no, no
estoy capacitado para hablar de una figura legendaria…
Para terminar, una
frase que elegí para mi segundo libro de los paracaidistas del aire, en el cual
don Mariano iba a escribir el prologo, una frase, que el General Armero durante
la comida de hermandad de los veteranos que se reúnen para conmemorar el
aniversario del primer salto, y a la cual tuve el placer de asistir invitado
por dicho general me dijo que citara, “cita tu prologo” me dijo…
“El Ejercito del Aire
perdió a un general, los paracaidistas del aire a su líder…”.